La Administración de Seguridad Pública de Pekín obliga desde hoy a todos los supermercados y tiendas de la capital china que venden alimentos a instalar cámaras de vigilancia para grabar cualquier acto sospechoso de manipulación o envenenamiento, informa hoy el diario "Nuevo Pekín".

La norma obliga también a los establecimientos a contar con cámaras en lugares de almacenamiento, cajas y oficina de contabilidad.

También en los accesos a la entrada y salida, los ascensores y las escaleras mecánicas deberá haber cámaras que puedan ayudar a detener a los delincuentes.

Además, las tiendas cuyos productos a la venta superen los 500.000 dólares, como joyerías, deberán instalar dispositivos de alarma, también en escaparates, puertas y vitrinas.

FUENTE: www.expansion.com