El gasto es mucho mayor en el circuito cerrado de televisión y en las cámaras de seguridad, ya que se exige una tecnología con mayor definición y los equipos son importados. Una sucursal pequeña sale ahora unos $ 400.000, mientras que el costo de las más grandes ronda $ 1 millón. Evitar salideras, por supuesto, vale la inversión

Las nuevas normas de seguridad impuestas por el Banco Central para evitar salideras han disparado los costos para los banqueros. Debido a estas disposiciones, hoy abrir una sucursal pequeña sale $ 400.000 y una más grande alrededor de $ 1 millón, lo que representa un incremento del 27%, según confiaron a El Cronista fuentes de distintos bancos consultados. 

Ahora, si el local en vez de tener una sola planta tiene dos, la inversión se incrementa, y aumenta aún más si se divide en tres plantas. 

El alza en la inversión a realizar obedece, principalmente, al desembolso que deben hacer las entidades para equiparse con las nuevas cámaras de seguridad, tipo domo, que deben abarcar 360 grados y tienen que contar con un zoom especial que permita visualizar el número de un billete aunque se encuentre a 30 metros de distancia. “Estos equipos de cámaras de seguridad con circuitos cerrados de televisión son caros, ya que hay que importarlos, pues no se fabrican en el mercado local. Es que exigen otros sistemas de grabación, imágenes más adecuadas, que se conserven por más tiempo, y una tecnología de punta con mayor definición”, reconocen en un banco de primera línea. 

Además, las cámaras deben visualizar varias zonas: bóvedas, tesoros móviles, cajas de seguridad, cajeros automáticos y el hall central. 

Antes, las cámaras eran análogas y ahora son digitales, entonces los sistemas son más sofisticados, al permitir una mayor cobertura. 

“Pero claro, al mejorar la tecnología, hay que hacer una mayor inversión”, confiesa el gerente de seguridad de un banco de capitales extranjeros. 

Además, hay que tener en cuenta que cada cajero automático ronda los $ 80.000, y debe haber divisores vidriados entre uno y otro, al igual que en la línea de cajas, a lo que debe sumarse la presencia de las nuevas mamparas, que son obligatorias. 

Pero la cuenta no termina aquí. A la lista de gastos hay que agregarle la presencia de la policía privada adicional para custodiar las sucursales, ya que la Federal se marchó. Este gasto tiene mayor impacto en Santa Cruz y en Ushuaia, donde el valor hora del servicio de vigilancia privada tiene un costo adicional por tratarse de una zona alejada. 

Luego habrá que tener en cuenta la inversión que se deberá realizar en cajas de seguridad, bóvedas o tesoro móvil, sistemas de alarmas, cerrajerías especiales para tesoros y matafuegos. 

“Debido a las nuevas medidas de seguridad que fueron impuestas, hay mucho más tendido eléctrico que debe hacerse, lo que involucra una mayor inversión. Por lo tanto, ahora debe efectuarse un análisis de riesgo mucho más profundo cada vez que se decide abrir una sucursal, ya que hasta el año pasado había muchas medidas de seguridad que el Banco Central no exigía”, admiten desde otra entidad financiera.

FUENTE: www.cronista.com