"Nos sentíamos tranquilos por estar frente a la plaza Independencia, a metros de casa de Gobierno, con las cámaras de seguridad a un paso... Si hasta tenemos rejas en la galería, vigilancia privada hasta las 11 de la noche, cerraduras en las puertas, cajas de seguridad..."

Daniel Albornoz debe tomar aire para enumerar los obstáculos que sortearon los ladrones para robarle. Su socio, Sebastián Lazarte, asiente con la cabeza. Ninguno de los dos puede creer que el negocio al que le dedicaron todo su esfuerzo durante los últimos cinco años se haya derrumbado en una noche. Cerca de 120 celulares que debían reparar; decenas de repuestos para aparatos; y unos $ 3.500 fue el botín que se llevaron los desconocidos ayer a la madrugada de "Plug & Play", situado en una galería de calle San Martín 415. "No sé cómo vamos a hacer -agregó Daniel, casi llorando por la impotencia-; nos dejaron sin nada".

Desorden


Fue Esteban Castillo, dueño de una casa de venta de comidas que está en esa galería, quien descubrió el atraco. Cerca de las 7.15, el comerciante advirtió que las rejas estaban abiertas. Y en el corredor, pese a la oscuridad, el desorden era evidente. "A mí me robaron unos $ 300 de la caja y algunos papeles", detalló Castillo. Y aclaró que a la peor parte se la llevaron Albornoz y Lazarte.

Los dueños del local de reparación de celulares llegaron cerca de las 10. Y se dieron con la desagradable noticia: su negocio había sido el principal blanco de los delincuentes. "Habían revuelto los estantes, que estaban llenos de repuestos. Tiene que haber sido alguien a quien le interese el tema de los celulares, porque se llevaron justamente lo que cuesta muy caro. Además, ni tocaron el CPU y la impresora láser", conjeturó Daniel, de 26 años. "Arriba también era un desastre; desparramaron todo", añadió Sebastián, de 31.

Al parecer, los ladrones rompieron con una barreta las dos puertas del local. No se sabe cuánto tiempo permanecieron allí, pero sí que trabajaron con absoluta tranquilidad, pues examinaron hasta el último rincón del comercio. "Escogieron las cosas más caras. Pero, como son elementos pequeños, probablemente se llevaron todo en un par de bolsos o mochilas", advirtió Daniel.

Los socios estimaron las pérdidas en unos $ 50.000. "Los teléfonos los teníamos para reparación o para entrega. Deben ser unos $ 40.000 en aparatos", explicaron. Además, los delincuentes se llevaron unos $ 3.500 que estaban ocultos en unos sobres en la planta alta del local. El resto de la pérdida son repuestos, que van desde $ 40 a $ 400. "Los más baratos, como los cargadores y los teclados plásticos, quedaron acá", dijo Sebastián. Y aclaró que harán lo posible para resarcir a los clientes. "Es una situación horrible, pero les vamos a tener que pedir paciencia. Nos gustaría devolver esos teléfonos, los que se llevaron, pero probablemente no podamos hacerlo. Así que vamos a tener que reintegrar otros", explicó Sebastián.

Daniel estaba devastado. "Hace cinco años que empezamos, y ya tenemos varios clientes. Veníamos trabajando muy bien. Y justo nos viene a ocurrir esto. La verdad, no sé cómo se sale de esto", concluyó.

FUENTE: www.lagaceta.com.ar