Nuestra vida privada en la red

Proteger nuestros datos personales nunca ha sido tan importante ante el desarrollo de las nuevas tecnologías y, con ello, de los cibercriminales y los suplantadores de identidad.

Muchos piensan que hemos perdido el control de quién sabe qué sobre nosotros en internet. Ahora incluso se puede seguir nuestra localización física.

La noción de privacidad ha cambiado con la llegada de las redes sociales.

¿Qué ocurre con toda nuestra información? Max Schrems, un estudiante austríaco de derecho, trató de descubrirlo. Se vio sorprendido cuando Facebook accedió a enviarle 1.200 páginas de datos que tenían sobre él, incluyendo material que él mismo había borrado hace tiempo.

Presentó 22 quejas ante las autoridades responsables de la protección de datos en Irlanda, donde Facebook tiene su sede europea. Ya se ha previsto una audiencia.

Max nos explica por qué lo hizo: “Tenían mucha información sensible. Por ejemplo, mensajes que ya había borrado. Además, buscando por palabras, por ejemplo, los partidos políticos de Austria, podrían saber en un abrir y cerrar de ojos por quién he votado o qué partido me gusta, porque he hablado sobre ello en chats privados con otras personas. Toda esa información la habían guardado durante tres, cuatro, cinco años, puede que más. Esto es una novedad, que una compañía pueda guardar toda esa información sobre un usuario. Y creo que no se hace de forma transpararente, que no se le comunica al usuario de una forma que realmente entienda que hacen eso”.

Como resultado de la investigación en Dublín, Facebook ha acordado realizar una serie de cambios para adecuar sus normas de privacidad.

La compañía también nos ha dado su visión sobre el tema, a través de Richard Allan, su responsable de privacidad en Europa: “Somos un servicio en el que la gente, de forma voluntaria, desvela información. Lo publican en nuestra página siendo plenamente conscientes de lo que están haciendo, porque contamos con una política sobre datos de usuario muy completa e información muy clara en la web sobre lo que el usuario va a compartir y con quién lo va a compartir. Además, contamos con opciones que permiten a la gente borrar datos que no quieren que sigan en su perfil. Creemos que neustro servicio cumple absolutamente con las principales normas de protección de datos de la Unión Europea. Lo que se ha hecho en Irlanda es sugerirnos algunas áreas en las que podemos ser aún más efectivos”.

El caso sigue adelante. Ambas partes mantendrán una reunión cara a cara y las autoridades irlandesas están siendo presionadas para que se pronuncien oficialmente sobre las quejas.

Las encuestas demuestran que más del 70% de los europeos se muestran preocupados por lo que ocurre con sus datos en la red.

Bruselas ha propuesto una reforma de la regulación actual, introducida hace 17 años, lo que ha abierto el debate. Los cambios pretenden incluir una normativa común para la UE, mayores multas para los incumplimientos, solicitud de mayor consentimiento y más opciones para borrar cosas, incluyendo el llamado “derecho a ser olvidado”. Los usuarios también tendrían un acceso más facil a sus datos y el derecho a transferirlos de un proveedor a otro.

Las asociaciones de usuarios han acogido de forma positiva pero con cautela la reforma.

“En principio aprobaría esas normas porque son altamente necesarias. La cuestión crucial es cómo se implantarán. También hay otros problemas menores, sobre los que aún no está claro como podrían ser regulados, aunque esto es algo que se trataría con las distintas consultas planificadas”, decía Falk Lueke, de Digital Society, mientras que Simon Davies, de Privacy International, contestaba: “Algunos de los cambios llevan esperándose desde hace mucho tiempo y son muy necesarios. En algunos aspectos no son suficientes, porque en Europa la privacidad está basada en la confianza. No importa cuánto insista la Comisión Europea en mejorar la privacidad. Si la industria y el gobierno no están dispuestos a aceptarlo, podremos terminar en una sociedad vigilada”.

Sin embargo, Bruselas insiste en que las agencias nacionales de protección de datos tendrán más poderes y los ciudadanos podrán contar con que actúen. Así lo explica Paul Nemitz, director de Derechos Fundamentales de la Comisión Europea: “Si las normas no se refuerzan, entonces entra en juego el aliado natural de la integración europea, de la justicia europea, que es la justicia nacional. Porque si las autoridades locales no actúan, entonces los ciudadanos pueden obligarlas a actuar, acudiendo al tribunal y diciendo: “aquí está la normativa europea, quiero que se cumplan mis derechos, quiero que las autoridades actúen”, por ejemplo”.

Google también ha sido cuestionado por su política de privacidad. No estuvieron disponibles para una entrevista, pero nos hicieron llegar un comunicado oficial: “Apoyamos la simplificación de las normas en Europa para proteger a los consumidores en la red y estimular el crecimiento económico. Es posible tener normas simples que hagan ambas cosas y esparamos con ganas poder debatir las propuestas”.

¿Y qué ocurre con el trazamiento automático de perfiles, reuniendo por ejemplo datos para ofrecer publicidad adaptada? ¿O los perfiles usados para seguir a gente de la que se sospecha que comete acciones ilegales?

¿Qué ocurre cuando dan datos equivocados? Nos da su visión Jörg Polakiewicz, del Departamento de Derechos Humanos del Consejo de Europa: “Algunas personas dicen que se trata solo de decisiones erróneas al interpretar los datos, porque se basan en perfiles generados de forma automática, con el riesgo de que se generen identidades equivocadas, que se te tome a alguien por un terrorista, sea arrestado, en incluso en casos extremos sea torturado. Pero en el Consejo de Europa creemos que no hay que hablar solo de casos extremos de discriminación, sino también de que es un derecho, el derecho que todos tenemos a controlar nuestros datos”.

Sin embargo, una compañía cuyos productos se usan para trazar perfiles asegura que la tecnología en sí no es el problema. Lo hace a través de John Boswell, vicepresidente de SAS Data Analysis: “Creemos que la UE debería centrarse en tomar decisiones acertadas, sin hacerlo en cómo esas decisiones se toman o qué tecnología se usa. Nadie está a favor de la discriminación ni de la toma de decisiones erróneas. Si dichas decisiones se toman de manera personal o utilizando un ordenador, no importa. Por eso creo que centrarse solo en el trazamiento automático de perfiles no es la dirección correcta”.

Algunos expertos creen que la mayor amenaza para nuestra privacidad en el futuro es el rápido desarrollo de los sistemas de localización a través de dispositivos móviles que detectan y memorizan nuestra localización exacta.

Por ahora, las preguntas sobre el consentimiento para ello y quién puede acceder, compartir y almacenar los datos sobre nuestra localización sigue sin respuesta. Algunos expertos consideran que la presencia en algunos lugares, como hospitales o tribunales, no debe ser rastreable.

Además, las opciones de configuración no siempre son claras, como explica Maria Luisa Damiani, de la Universidad de Milán: “Un problema fundamental es el relativo al uso de las tecnologías de protección de privacidad. No es posible imaginar que el usuario esté continuamente configurando su smartphone o tableta cada vez que descarga una nueva aplicación, porque el número de aplicaciones es incontable”.

Sin emabargo, preocuparnos por la privacidad en internet no significa que tengamos que dejar de usarla. Max Schrems, por ejemplo, asegura que sigue usando facebook: “Lo que queremos es mejorar Facebook, no abandonarlo. Nuestra idea es que la protección de datos hace que confíes más en estos servicios y, por lo tanto, los uses más. Lo importante para nosotros es tener una actitud positiva para mejorar las cosas en lugar de pasar a ignorarlas”.

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URL:http://es.euronews.net/2012/02/08/nuestra-vida-privada-en-la-red/

FUENTE:euronews