Todo empezó hace un mes, cuando las cámaras de seguridad del garaje comunitario de las Torres Ifer de Vigo grabaron a dos ladrones que huían con una moto robada por una puerta de servicio. Los propietarios tomaron cartas en el asunto y colgaron en el portalón un cartel de «Se busca» con las fotos de los sospechosos. El asunto saltó a la prensa y los agentes del puesto de Fornelos de Montes vieron las fotos publicadas.

El pasado viernes, los guardias civiles de dicho cuartelillo detectaron la moto robada y contactaron con el presidente de la comunidad para que les remitiese por fax las denuncias de los dueños perjudicados y el expediente del caso, así como más imágenes captadas de los supuestos ladrones. La investigación dio sus frutos y la Guardia Civil de Fornelos de Montes arrestó a cuatro vecinos de Pazos de Borbén, aunque la operación sigue abierta y podría ascender a seis. Estarían implicados en los asaltos de Vigo y también de O Porriño, donde, al parecer, sustrajeron un coche.

A medida que avanzaba el fin de semana, los agentes de Fornelos obtuvieron más pruebas. Algunos de los arrestados, al verse en las imágenes, confesó todos sus golpes. En casa de uno de ellos hallaron una batería de música de percusión musical, valorada en 1.200 euros. y que había sido robada en un coche estacionado en el garaje de García Barbón. También hallaron más restos del botín: un dispositivo GPS y un casco de una moto de marco BMW. También fue recuperado un equipo de música de un coche antiguo.

Todo apunta a que los asaltantes preferían los vehículos que carecían de alarma. Causaban numerosos destrozos en los vehículos, sin necesidad. Para robar en un coche, se ensañaron y destrozaron tres lunas. «Esto era lo más escandaloso», señalan fuentes de la comunidad.

Víctor M., policía nacional de 30 años, lleva encarcelado tres semanas en la prisión de Estremera (Madrid) por la violación de una prostituta de Sierra Leona en el polígono Marconi. Ahora sus antiguos compañeros investigan si pudo cometer otros delitos amparándose en falsas identidades. En el registro de su vivienda de Parla se encontraron tres carnés de identidad de ciudadanos que nada tienen que ver con los hechos y que el agente podría haber utilizado de manera ilegal. El funcionario se hizo con esos tres carnés mientras estaba de servicio en la oficina de renovación del DNI de la comisaría de Usera, su anterior destino, según han confirmado a ABC fuentes del caso.

   

Uno de los carnés fue entregado por un ciudadano que se lo encontró en la calle; los otros dos son documentos antiguos que sus propietarios depositaron en comisaría cuando acudieron a renovarlo. En las tres ocasiones, según se ha comprobado ya, era Víctor M. el agente de turno. El funcionario no ha explicado por qué tenía esos DNI en su poder.

La Policía Nacional ha detectado en Pontevedra a un grupo organizado itinerante de ladrones rumanos. En principio, ha sido identificados cuatro integrantes, uno de los cuales, S.I.D., de 21 años, fue detenido y ayer quedó en libertad con cargos.

Con respecto a los otros tres -I.M.B., de 29 años; C.L., de 40; y A.M.A., de 29-, están siendo buscados por todo el territorio nacional.

A diferencia de otras bandas que han actuado en la comarca, esta se ha especializado en un peculiar modo de asalto y que en argot se de denomina encalomo. El modus operandi que utilizaron para robar el pasado 1 de marzo en un salón recreativo de Loureiro Crespo consistió en que una de las mujeres se ocultó en el falso techo de los lavabos del local.

Allí permaneció hasta que este cerró sus puertas, momento en el que la sospechosa se limitó a abrir la puerta principal a sus compinches. Y el robo se consumó con total tranquilidad.

De hecho, no fue descubierto hasta que al día siguiente una empleada comprobó que habían volado 21.000 euros del dinero que guardaban las máquinas tragaperras y otros elementos de juego del local.

Si en un primer momento la brigada científica de Comisaría determinó que en el robo participaron, al menos, tres personas, posteriormente el visionado de las cámaras de seguridad permitió determinar que C.L. y A.M.A. habían visitado el negocio para los actos preparatorios.

Todo parece indicar que se les puede observar controlando la posición de las cámaras o las vías de entrada y salida.

EL intento de robo en una conocida joyería de la calle Larga en la madrugada del pasado viernes ha vuelto a poner en alerta a los comerciantes del centro, que de nuevo han pedir que se instalen cámaras de seguridad en la principal arteria comercial de la ciudad. Grandes urbes como Málaga, Madrid y Barcelona ya cuentan con ellas, aunque su instalación siempre ha llevado consigo un debate en torno al derecho a la intimidad de los transeúntes. Lo cierto es que, si bien Jerez no se distingue por sufrir esta clase de robos con mucha frecuencia, con lo cual la instalación de éstas cámaras podría estar en tela de juicio, también es verdad que los comerciantes tienen todo el derecho a exigir unas medidas de seguridad extras a las que ofrece a diario la Policía.

 

FUENTE: www.diariodejerez.es

La Fiscalía de Gipuzkoa solicita doce años de prisión para un ciudadano libanés que el día de San Sebastián de hace dos años violó a una mujer en el portal de su casa, en la capital guipuzcoana. La representación legal de la víctima, que en el proceso ejerce la acusación particular, reclama idéntica pena de cárcel. Horas antes de que perpetrara este delito, el acusado intentó agredir a otra mujer en el barrio de Gros.

Los hechos, según se describen en los escritos de calificación redactados por el ministerio público y la acusación particular, tuvieron lugar la mañana del 20 de enero de 2009. El inculpado Issam K., de 33 años, se encontraba sobre las 8.00 horas en el Boulevard donostiarra, a «donde había acudido con la finalidad de satisfacer sus instintos libidinosos», afirma el fiscal.

Las acusaciones precisan que el procesado se dirigió a la víctima, a quien ofreció dinero a cambio de mantener una relación sexual. El relato del ministerio público precisa que tras ser rechazado, el inculpado, ocultándose para no ser visto, siguió a la mujer hasta su casa con la única finalidad de «atacarla sexualmente cuando se encontrara desprevenida».

Al llegar al portal del inmueble en el que residía, el inculpado se introdujo con ella. Las acusaciones sostienen que el procesado buscó la «soledad y desprotección» que brindaba aquel espacio y se abalanzó sobre la mujer a quien intentó besarla.