Están en todas partes. Controlan nuestros movimientos. Velan por nuestra seguridad. Las cámaras son los ojos electrónicos de los equipos de vigilancia de aeropuertos, grandes almacenes, estaciones o instituciones públicas.

La actual tecnología, sin embargo, presenta debilidades. Porque estos dispositivos de grabación no son inteligentes. Requieren de la interpretación humana para valorar los riesgos en tiempo real. Por ahora.

El Instituto de Automática e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia ha desarrollado un nuevo sistema de vigilancia que precisamente corrige estos defectos. Las cámaras son capaces de detectar las situaciones de riesgo o comportamientos anómalos de vehículos o personas en grandes espacios.

El proyecto, bautizado como SENSE y orientado al ámbito de la seguridad, se puede aplicar en puertos, aeropuertos, centros comerciales, tráfico, cárceles, museos, entre otros, como una herramienta de apoyo inteligente para el personal de vigilancia.

Las funcionalidades, en cualquier caso, van mucho más allá. Pueden advertir de la pérdida del equipaje (las videocámaras interpretan que un maleta está abandonada si se encuentra a una distancia excesivamente alejada de una persona) o prevenir, reconocer y alertar de un accidente laboral.

Las investigaciones del Instituto de Automática e Informática se enmarcan en un proyecto europeo, ViCoMo (Visual Context Modelling) en el que colaboran diversas universidades y empresas de varias países.

Este nuevo sistema de seguridad inteligente ya se está probando en una las terminales del Puerto de Valencia, donde los técnicos de la Universidad Politécnica han instalado por todo el espacio, para recoger imágenes y datos de cada uno de los rincones y de los elementos que se mueven en él.

Y es que esta tecnología es capaz de modelar los espacios en tres dimensiones, así como analizar las distancias y los movimientos de cada uno de estos elementos. Igualmente, avisa si existe algún comportamiento y objeto fuera de lo común dentro de la terminal.

FUENTE: www.elmundo.es