Francia refuerza la seguridad ante la reunion de La Cumbre del Clima de París

 

 En una Francia en alerta antiterrorista, la COP21 blinda su seguridado de invitar amigos

La Cumbre del Clima de París (COP21), que se abrirá el próximo lunes, contará con medidas excepcionales de seguridad ante la elevada amenaza terrorista que vive Francia, evaluada al alza tras los atentados que sufrió la capital gala el pasado día 13.

Centenar y medio de jefes de Estado y de Gobierno participarán en la sesión inaugural de la reunión en París, a la que se prevé asistirán 40.000 personas hasta el 11 de diciembre, apenas dos semanas después de los atentados que causaron 130 muertos en esta ciudad.

La amenaza terrorista ha llevado a suspender casi todos los actos que no tengan lugar en el recinto de la cumbre.

Tras los atentados de enero pasado contra "Charlie Hebdo", las autoridades francesas habían diseñado un dispositivo de seguridad excepcional para blindar las 18 hectáreas del centro de exposiciones y congresos de Le Bourget, epicentro de la mayor cumbre organizada por Francia desde 1948.

Unos 2.800 policías, gendarmes y bomberos, con el apoyo de 106 agentes de la ONU y 300 miembros de la seguridad privada se ocuparán de asegurar el lugar, unas medidas "reforzadas" tras los atentados de París.

Dentro de dispositivo del estado de emergencia vigente, Francia tiene desplegados 120.000 militares y gendarmes por todo el país, además de haber enviado a 8.000 agentes suplementarios en las fronteras, cuyo control se reforzó tras la suspensión provisional del tratado de Schengen.

Particular atención merecen el domingo y el lunes próximo, cuando se tendrá que garantizar la seguridad de los jefes de Estado y de Gobierno participantes en el encuentro.

Conscientes de que la ciudad estará tomada, se ha previsto que sean gratuitos esos dos días los transportes públicos, cuya seguridad privada también se reforzará, mientras que las autoridades desaconsejan el uso de los vehículos particulares para evitar embotellamientos.

El principal refuerzo de seguridad se hará en el control de los accesos a la denominada "zona azul", el corazón de la cumbre, donde los delegados de los 196 países representados negociarán un acuerdo.

La entrada a Le Bourget estará abierta 24 horas al día, pero todas las identidades serán verificadas. Los controles, "extremadamente estrictos", serán similares al embarque en un avión, con el paso por diferentes arcos de seguridad y detectores láser.

Para reducir la aglomeración de gente ante las puertas, se han escalonado los horarios de las diferentes actividades.

Francia ha querido mantener dentro de Le Bourget el llamado "espacio generación clima" (EGC), 20.000 metros cuadrados dedicados a las actividades de las ONG, asociaciones o sindicatos, aunque 70 de las 400 previstas inicialmente han sido suspendidas.

También se han suspendido las visitas de escolares previstas a este espacio, que contaba con recibir 300 niños al día.

Será la principal cita para la sociedad civil, que ha visto como el estado de emergencia se llevaba por delante las dos grandes manifestaciones programadas, una el día de inicio de la cumbre y otra el día del final.

Francia confiesa su imposibilidad, en las circunstancias actuales, de garantizar la seguridad en lugares abiertos, donde estaban previstas estas dos manifestaciones en las que se auguraban decenas de miles de participantes.

La Marcha Mundial contra el Clima, prevista para el próximo domingo en París, coincidía con la llegada a París de los líderes mundiales, lo que eleva las necesidades de vigilancia de las autoridades francesas.

La concentración final estaba programada para el 12 de diciembre en Le Bourget, un día después del programado final de la cumbre y un día antes de la segunda vuelta de las elecciones regionales en Francia, que también exigen esfuerzo de seguridad suplementario...LEER NOTICIA COMPLETA