En 2001, se instaló la primera cámara de videovigilancia en Barcelona. Y justamente se implantó en la plaza George Orwell para vigilar el tráfico de drogas.

Aunque no se erradicó el problema en ese punto, el éxito de este dispositivo parece probado a juzgar por el incremento de cámaras en la ciudad. En la actualidad existen 22 repartidas en varios barrios de Ciutat Vella y Nou Barris, pero no todo el mundo alaba su función.

"El problema de la videovigilancia es que sólo sirve para que la Justicia actúe a posteriori, no para atajar el problema", analiza la presidenta de la Asociación de Vecinos del Casc Antic, Teresa Pizarro.

 

FUENTE: www.adn.es

 

En Mercabilbao casi no se recuerda un suceso como el vivido el pasado domingo en los pabellones 2 y 3. Durante los últimos tiempos se habían producido pequeños hurtos «en coches y lonjas» en horario laboral, pero no de noche. «En cuatro décadas, es el cuarto incidente de este tipo», señalaron ayer portavoces del centro comercial mediante un comunicado.

El último 'gran' robo en el recinto de Basauri se vivió en 2006 y acarreó numerosas mejoras en los sistemas de seguridad: se contrató guardias para los fines de semana, se abrió el recinto a patrullas de la Ertzaintza y la Policía Municipal y se instauraron las rondas controladas de los vigilantes. También se instalaron cámaras fijas. En concreto, seis grabadoras, a las que durante el último año se han añadido otras cuatro. Curiosamente, la gerencia iniciaba el pasado viernes los trámites para ubicar una más en la puerta de acceso.

«El problema es que todas se encuentran fuera de los pabellones y como entre alguien en las lonjas puede hacer y deshacer sin que nadie le moleste», relatan los minoristas. Hay algo más. Expertos en seguridad explicaron ayer a EL CORREO que las cámaras de Mercabilbao se han quedado «obsoletas».

El propietario de la cadena de supermercados Maskomo asegura que la fórmula comercial en los centros de abastos es "muy antigua" y reclama más servicios como la apertura por las tardes o el pago con tarjeta.

Sergio Cuberos no para. Está al frente de la cadena de supermercados malagueña Maskomo y ocupa diversos cargos de responsabilidad en varias instituciones y asociaciones empresariales. Lucha, como puede, contra las grandes cadenas de alimentación y, por ahora, está teniendo éxito ya que emplea a 420 personas y factura en torno a 54 millones de euros. Amable, directo y con buenas dotes para la comunicación, nos recibe en su despacho, situado en una gran nave en el polígono Santa Teresa.  

-Propietario de una cadena de supermercados malagueña ¿cómo se puede luchar con los grandes trasatlánticos nacionales y extranjeros?

-Hay que buscar fórmulas para unirse a otros. Formamos parte de una central de compras que se llama Euromadi que funciona a escala nacional y europea. De esta forma, podemos tener marcas blancas propias que son imprescindibles para poder competir. Todos juntos en este grupo somos los terceros fabricantes de marcas propias por detrás de Carrefour y Mercadona. 

-¿Cuántos supermercados tienen en estos momentos?

-Tenemos 46 centros entre Málaga, Granada, Sevilla y Cádiz. 

Cumplen funciones tanto de control del tráfico como de seguridad.

Las dependencias de la Policía Local reciben las imágenes grabadas en varios puntos de Irun.

Las situadas en el entorno del barrio de San Miguel están destinadas a mejorar la seguridad en esta zona; las ubicadas en la calle Hondarribia, el paseo Colón y el cruce de la avenida Navarra con la calle Iglesia cumplen funciones de control de tráfico. Son las cámaras instaladas en distintos puntos de la ciudad, y cuyas imágenes se reciben en las dependencias de la Policía Local.
El sistema de videovigilancia resulta «de gran ayuda» para los agentes. «Podemos ver cualquier problema que se esté produciendo en estos puntos, como un atasco de tráfico o un accidente», explican desde la Policía Local. «Es mucho más fácil para nosotros dirigir a los recursos si, al mismo tiempo, podemos ver desde esta sala lo que está ocurriendo».
Control de actos culturales

Los empresarios e industriales serán los titulares del sistema.

El ayuntamiento estradense logró finalmente un acuerdo con los empresarios e industriales que tienen naves en el polígono de Toedo para desbloquear la iniciativa de poner un marcha un sistema de cámaras de videovigilancia en el citado complejo industrial, equipos que llevan instalados más de un año con su puesta en funcionamiento pendiente de un par de detalles o trámites.

El gobierno local anunció ayer que dicho sistema entrará finalmente en servicio en el próximo mes de febrero.

Concello y empresarios alcanzaron en los últimos días un acuerdo para que estos últimos, o el colectivo en que se agrupan, registren a su nombre estas instalaciones y servicios.

Dicho trámite tiene que realizare en el Ministerio de Interior por la incidencia del sistema sobre las vías públicas, y se estima que los trámites estarán resueltos en cuatro o cinco semanas.