Pocos vecinos siguieron ayer la instalación de la cámara vigilante en Trinitat Vella. “Está bien, pero lo importante es que haya vigilancia de la policía –comentaba un vecino– porque cuando los Mossos se vayan...”.

De momento no se han ido. Ya no hay el gran despliegue policial que desde mediados de noviembre se alargó tres semanas y que sacó del paisaje el continuado desfile de drogodependientes (muchos llegados de otros barrios) que circulaba por la Via Bàrcino para comprar allí mismo o en esquinas cercanas, o en pisos. Pero la policía (Guardia Urbana y Mossos) patrulla más a menudo que hace unos meses, “y han entrado en un par de pisos donde se vendía droga”

“Los camellos andan ahora escondidos”, aseguran en el barrio. Pero no se confían. La Coordinadora Antidroga de Trinitat Vella se creó a principios del pasado verano para exigir actuaciones eficaces contra los traficantes de droga. Con manifestaciones cada jueves (que se reanudarán después de fiestas) han reivindicado cámaras y una presencia policial suficiente.

“Este es un barrio tranquilo y de buena convivencia, salvo por la droga”, afirmaba ayer Lluís Quero, presidente de la asociación de vecinos de Trinitat Vella y uno de los portavoces de la coordinadora. “Las cámaras están bien, dan confianza a los vecinos y aunque no son la solución, ayudan. La actuación policial ha funcionando, pero falta más, hay que detener a los traficantes”, plantea Quero.

A lo largo del irregular muro que separa el aparcamiento de Via Bàrcino de la ronda Litoral se hallan muchas menos jeringuillas usadas que antes. En los parterres junto al aparcamiento o en los rincones junto a la escuela o el polideportivo ya no es tan habitual ver a alguien pinchándose. Se mantiene el programa PIX (de intercambio de jeringuillas). Se mantienen algunos buzones para que se depositen en ellos las jeringuillas usadas, y los carteles en las papeleras pidiendo que se usen esos buzones. Lo que ya no está, al fondo del aparcamiento porque la arrancaron algunos vecinos es la máquina que facilitaba kits (jeringuilla, agua estéril, goma para apretarse el brazo...) a drogodependientes.

En el barrio se tiene claro que con las cámaras no basta. Escarp insiste en que “es una herramienta más, con la actuación policial y otras actuaciones de jardinería, limpieza, alumbrado...”. Es una herramienta que se va a seguir instalando. El pleno municipal, a iniciativa de CiU y con el apoyo de PSC y PP, acordó la pasada semana llevar a cabo un estudio sobre los puntos donde pueda ser aconsejable la videovigilancia.

 

FUENTE: www.lavanguardia.es