Luis Alberto Sánchez nació en Nicaragua hace 47 años, pero vive en Costa Rica desde que era niño y su mayor temor es que guardias de seguridad privada, como él, sean movilizados por su país de adopción si se agrava el conflicto fronterizo con Nicaragua.

Como Costa Rica no tiene ejército desde 1948, si hay una escalada en este conflicto fronterizo, Sánchez teme que sean movilizados unos 5,000 guardias privados entrenados en el manejo de armas, muchos de los cuales son nicaragüenses. En este caso, le tocaría defender a su país adoptivo contra la patria que lo vio nacer.

``Es doloroso decir esto, pero si hay que hacerlo, ni modo'', manifiesta el guardia, quien se casó con su compatriota Violeta Antonia López y tiene dos hijos ``totalmente ticos'': José Luis (de 25 años) y Cristián Elena (23).

``Yo estoy a favor de Costa Rica 100 por ciento, lo que uno siente es amor por este país, pues la actitud de don Daniel (Ortega) es repugnante para mí'', agrega Sánchez.

Entre 500,000 y 800,000 nicara-

güenses viven en Costa Rica (nadie conoce la cifra exacta), más del 10 por ciento de la población de este país de cuatro y medio millones de habitantes, y muchos se ganan la vida como jornaleros agrícolas, obreros de la construcción, empleadas domésticas y guardias de seguridad, entre otros oficios.

``Nosotros ya no volvimos a Nicaragua'', señala Sánchez, relatando que llegó a Costa Rica en 1977, cuando tenía 13 años, junto a sus padres y sus siete hermanos, y relata que una de las razones para emigrar fue que el entonces dictador nicaragüense Anastasio ``Somoza no lo quería a mi padre''.

La familia emigró para trabajar en campos algodoneros en Guanacaste, una provincia que pertenecía a Nicaragua y cuya anexión a Costa Rica en 1824 marcó el inicio de rencillas fronterizas que perduran casi 200 años después.

Nicaragua reiteró el lunes que no ha invadido territorio costarricense, pero anunció que sus soldados se mantendrán en la frontera, pues no acatará una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que el viernes pidió que Managua retire a los militares de la zona del conflicto en el río San Juan.

Sánchez manifiesta que este conflicto entre el más próspero país de Centroamérica (Costa Rica) y el más pobre (Nicaragua) resulta ``preocupante'' para los miles de migrantes nicaragüenses.

``En el ámbito de nosotros, como extranjeros, hay un poquito de preocupación'', explica.

También admite estar preocupado el nicaragüense José Luis Mejía López, de 26 años, quien vive desde hace seis años en San José junto a sus cuatro hermanos y se gana la vida en forma independiente en labores de construcción.

Aunque es soltero, tiene tres hijos pequeños (de dos mujeres diferentes) en el municipio El Sauce, en el departamento nicaragüense de León.

``Soy nicaragüense, amo a mi país pero este conflicto no se debería ver'', dice Mejía. Las autoridades de Managua ``están peleando por algo que no es de nosotros'', agrega en relación a la zona de conflicto en el río San Juan.

 

FUENTE: www.elnuevoherald.com