Las guerras de Afganistán e Iraq llegaron a Suiza este año: un diario suizo informó que Aegis Defence Service, una de las mayores empresas de seguridad privada, había abierto una base en Basilea. Aegis Defence Service, con sede principalmente en Londres, emplea a 20.000 mercenarios en Iraq y Afganistán los cuales típicamente trabajan bajo contrato para el ministerio de defensa de EEUU.

Según la información, GSoA (Grupo Suiza sin Ejército) organizó una protesta de calle frente a la sede de Aegis Defence en Basilea: Una docena de activistas se tumbaron frente a la entrada de Aegis, cubiertos con una mortaja para simbolizar las víctimas de guerra causadas por las Empresas Privadas de Seguridad Militar como Aegis. La acción atrajo una gran cobertura de medios y condujo a debates públicos en torno a este tipo de empresas en Suiza.

GSoA, cuyo foco es la desmilitarización nacional e internacional, tiene una larga historia de activismo contra aquellos que se benefician de la guerra. En 2009, GSoA promovió un referendum nacional para prohibir la exportación de armas, pero desgraciadamente fue rechazado en la votación. Tristemente, el comercio mundial de armamento y las actividades de las empresas privadas de seguridad militar han alcanzado recientemente niveles record. Desde 1990, el valor de estas empresas se ha incrementado desde 33.000 millones de dólares estadounidenses, hasta casi 200.000 millones de dólares. Desde el final de la Guerra Fría, cuando la mayoría de los ejércitos fueron reestructurados y los empleos militares subcontratados, las empresas de seguridad militar experimentaron un fuerte crecimiento, y hoy decenas de se abalanzaron en los campos de batalla de Oriente Medio.

La sustitución de los ejércitos nacionales por mercenarios es políticamente conveniente para los gobiernos de los países beligerantes (¿Qué mejor para evitar las críticas sobre el número de los soldados muertos en combate?). En Afganistán hoy alrededor del 50% más de personas empleadas por las empresas de seguridad militar que soldados. Con la retirada de Iraq de las tropas de EEUU, los mercenarios cubriran los huecos.

La creciente privatización de los conflictos está causando problemas para la ley internacional. Una definición clara de estas empresas está todavía por realizar, y la Convención de Ginebra todavía no incluye sus actividades. A escala nacional, las empresas de seguridad militar operan fuera de los límites del control democrático. La falta de controles nacionales e internacionales se traduce en que estas empresas escapan ampliamente de cualquier sanción por sus acciones.

GsoA no critica sólo la privatización de las guerras en general, sino que además demanda una prohibición de las empresas de seguridad militar en Suiza. Como estado depositario de la Convención de Ginebra y un estado neutral en ello, Suiza tiene ciertas responsabilidades especiales. Mientras que existen leyes estrictas para los mercenarios en Suiza -los ciudadanos suizos tienen prohibido por ley hacer trabajo como mercenarios- no hay ninguna ley que regule a las empresas foráneas de seguridad miliatar con mandatos en el extranjero.

Tras la presión política de GSoA y otros respecto al establecimiento de Aegis en Basilea, el gobierno suizo anunció quere pondría en práctica controles estrictos sobre las empresas de seguridad militar en Suiza. Además, la ONU tiene la intenciónde introducir un nuevo código de conducto dirigido a asegurar que estas empresas respetan los principios de los derechos humanos internacionales y la ley humanitaria internacional.

Obviamente, hace falta un mayor esfuerzo para asegurar que las empresas de seguridad militar se responsabilizan de sus acciones y que la malevolencia y el juego sucio son castigados ante las instituciones de justicia. GSoA continua su lucha contra los especuladores de la guerra. Jo Lang, parlamentario verde y miembro del comité de GSoA, pidió en el parlamento suizo una prohibición inmediata de las empresas de seguridad militar en Suiza. Se espera una respuesta del gobierno.

 

FUENTE: www.antimilitaristas.org