TIJERETAZO EN LA SANIDAD

El copago según la renta empezará el día 1 de julio
Los inmigrantes simpapeles tendrán su credencial caducada el próximo 31 de agosto si no regularizan su situación en España


El Instituto Nacional de la Seguridad Social recopilará los datos fiscales de todos los españoles y se los comunicará a las autoridades sanitarias para establecer el copago farmacéutico. Pero como la solución telemática está dando todavía los primeros pasos, y teniendo en cuenta esta complejidad, el real decreto que modifica la Sanidad e introduce el copago de los medicamentos según la renta, publicado ayer, fija como tope el 30 de junio para que las comunidades están adaptadas al sistema. También precisa que, para garantizar legalmente la privacidad de los datos, solo se indicará a las autoridades sanitarias el nivel de aportación para fijar la cuantía de pago (exento total o aportaciones del 10%, 40%, 50% y 60%), sin especificar la "cuantía concreta" de las rentas sino solo el nivel o tramo.

Otra fecha resalta en los 35 folios de esta extensa norma: el 31 de agosto, en que todos inmigrantes sin permiso de residencia se quedarán sin tarjeta sanitaria y solo podrán acceder a la asistencia de urgencias, del parto y pediátrica, porque no podrán acreditar la condición de "asegurados" requerida. Hasta ahora el empadronamiento en España era suficiente para acceder a la tarjeta sanitaria. Para el resto de los extranjeros, incluidos los de la UE, también se exigirán más papeles (un seguro).


DATOS IMPRESCINDIBLES El Gobierno ha salvado el escollo del posible atentado a la privacidad adaptando el decreto a la ley de protección de datos de carácter personal, que faculta a usar los datos imprescindibles para prestar un servicio, sin necesidad de permiso por parte del titular. Además, el decreto manda a la autoridad tributaria que actualice los datos cada ejercicio fiscal.

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y el Ministerio de Sanidad admitieron que el sistema permite que médicos, farmacéuticos y enfermeros tengan, aunque sea de manera general, datos sobre la capacidad económica de cada ciudadano. O, por lo menos, de lo que ha declarado Hacienda. "Los médicos nunca sabrán lo que cobra de pensión un jubilado, pero en cualquier caso los profesionales sanitarios están obligados a guardar secreto sobre la información que manejan", apuntaron fuentes del departamento que dirige Ana Mato. "La AEPD informó al Gobierno de los requisitos para dar a la reforma la adecuada cobertura legal y que sea conciliable con la normativa de protección de datos. Y así ha quedado recogido en el real decreto", subrayó un portavoz de la agencia.


RECETAS DE SIETE COLORES Fruto de ese encaje legal es la última disposición adicional que establece que las nuevas recetas oficiales deberán incluir siete siglas o códigos de clasificación en la base de datos de la tarjeta sanitaria individual, de acuerdo con los cuatro niveles de aportación, el de exentos y otros dos para las recetas de accidentes de trabajo o enfermedad profesional y para los medicamentos o productos no financiados. Mientras llega la informatización total con la tarjeta sanitaria unificada para toda España, se prevé, para mejor diferenciarlas, la utilización de recetas de papel de distintos colores, "a modo de arco iris o con tonalidades más vivas", según fuentes sanitarias.

El Ministerio de Sanidad todavía no ha decidido los colores y tampoco se atreve a dar una fecha para la puesta de largo de la tarjeta unificada que pondrá en marcha este sistema de copago, único en Europa, y que aglutinará los datos fiscales, laborales y sanitarios de los titulares. Muy complejo y con elevado coste. Los primeros cálculos hablan de 20 euros por tarjeta, cantidad que multiplicada por 45.223.513 ciudadanos protegidos supera los 900 millones de euros. La cifra es bastante elevada si se compara con algunos ejemplos: el reciente contrato adjudicado por el Servicio Balear de la Salud para renovar 450.000 tarjetas por un importe de 9,7 euros cada una o el del País Vasco hace dos años a 11 euros la tarjeta. Pero el diseño de la tarjeta unificada es mucho más complejo. Ha sido encargado por el Consejo Interterritorial al Ministerio de Sanidad, que tendrá que poner en marcha un concurso.

La tarjeta sanitaria, según el Ministerio de Sanidad, funcionará a modo de un DNI electrónico o de los últimos modelos de una tarjeta bancaria, con un chip en el que se recoge toda la información. Mientras llega, según ha explicado la propia ministra de Sanidad, Ana Mato, "se hará lo mismo que se hace ahora". Hacienda está conectada con todas las terminales de todas las comunidades autónomas y los médicos saben el sistema que hay que utilizar a la hora de recetar.

El principal problema para expandir y unificar la tarjeta es que cada comunidad ha comenzado este camino a diferente ritmo y con diferentes formatos tecnológicos.

FUENTE:Diario Córdoba