Director de la Agencia Vasca de Protección de Datos
Iñaki Pariente de Prada: «Hay quien sabe de nosotros más de lo que imaginamos»
Recuerda que todos los ciudadanos tienen «derecho al olvido» y a que, si así lo desean, sus datos personales desaparezcan en la red


Ha comenzado una etapa de cuatro años al frente de la agencia encargada de controlar el tratamiento que las administraciones hacen de los datos personales de los vascos. Iñaki Pariente de Prada asume el cargo con el objetivo de extender la conciencia social sobre protección de datos y dar a conocer derechos como el del olvido, «el derecho a desaparecer de todas partes en la red».
- No le he visto nunca, pero ya sé que le gusta el tenis y las películas 'Casablanca' e 'Historias de Filadelfia'.
- Ha investigado en internet.
-¿Le incomoda?
- En absoluto. Entiendo que, cuando utilizas una red social y aportas tu perfil, tienes que ser consciente de que son datos utilizables por cualquier persona en cualquier contexto.
- ¿Cuando introduce sus datos en la red se lo piensa dos veces?
- Sí. Yo tiendo a introducir el menor número posible de datos personales no solo porque aparecen en redes sociales, sino también por la utilización comercial que luego se va a hacer de esos perfiles. Por ejemplo, una costumbre reciente es la publicidad comercial dirigida, que se extrae de los perfiles de la redes sociales para orientarla a franjas sociales de edad, gustos o zonas, seleccionando de entre esos perfiles todo este tipo de información.
- Según una encuesta encargada por la Agencia Vasca de Protección de Datos, un 66% de los vascos están preocupados por la permanencia de sus datos en la red. ¿Tienen motivos para ello?
- El problema es cómo valora cada uno sus datos y la permanencia. Hemos detectado una aparente contradicción entre esa preocupación y la acción real que desarrolla cualquier ciudadano para controlar esa privacidad. Parece que la gente está preocupada, pero al mismo tiempo no desarrolla la conducta adecuada en materia de privacidad. Tienen herramientas muy útiles que están a su disposición de una forma muy accesible en las propias redes sociales y en cualquier página de internet. Una cuestión muy interesante que también hemos encontrado es que la confianza en la protección de los datos es enormemente mayor en lo que hace la Administración que en su utilización en ámbitos privados como la banca, por ejemplo.
«Cierta pereza»
- ¿La gente no utiliza las herramientas para mantener la privacidad porque no sabe cómo hacerlo?
- La primera impresión es que hay una cierta pereza. Uno abre un perfil y empieza a colgar cosas despreocupadamente, pero la preocupación viene cuando de repente empieza a recibir publicidad y cosas que no sabe de dónde vienen. Es entonces cuando se empieza a preguntar quién tiene sus datos, a quién se los han transmitido y entre quiénes se han transferido.
- Es cuando una persona se da cuenta de que alguien sabe de ella más de lo que debería saber.
- Exactamente. En la actividad de la agencia vemos denuncias, solicitudes de tutela y quejas de particulares que se encuentran con situaciones en las que sus datos han circulado indebidamente y han aparecido en sitios en los que no deberían estar.
- ¿Por ejemplo?
- Hay muchos casos de negación del acceso a los propios datos personales. Hay particulares que se dirigen a una Administración para solicitar su historial y esa Administración o no le atiende o simplemente deja pasar el tiempo y no contesta. Hay muchos casos de este estilo y nos vemos obligados a intervenir y estimar la solicitud de tutela para que el particular pueda tener acceso a sus propios datos personales.
- Es como si una Administración se apropiara del pasado de una persona y no se lo quisiera devolver.
- Pues sí. Con la configuración legal que tenemos en España, los datos personales son de uno mismo, no de la Administración.
- Da la sensación de que hay quien sabe de nosotros más que nosotros mismos.
- No sé si diría tanto, pero sí que saben mucho de nosotros, incluso más de lo que nos imaginamos.
- Nos pasamos media vida intentando que se nos conozca en la red y pasaremos la otra media intentando que se nos olvide.
- Todos los derechos en materia de protección de datos se configuran en torno a lo que llamamos derechos Arco, que son acceso, rectificación, cancelación y oposición. Bien ejercidos, sobre todo el de la cancelación, pueden llevar al olvido, un derecho que el particular debe ejercer frente a cada una de las entidades que dispone de sus datos. Es un derecho gratuito y automático. Ante el ejercicio de ese derecho de cancelación, tanto la Administración como los particulares tienen la obligación de actuar de una forma muy inmediata para eliminar esos datos. El derecho al olvido supone desaparecer de todas partes.
- ¿Cómo se ejerce?
- Hay que ejercerlo de una forma individualizada y por escrito ante cada entidad de la que sabemos o sospechamos que tiene nuestros datos personales. Estas entidades tienen un plazo de diez días para cancelar todos los datos.
- ¿Es posible desaparecer del todo en la red?
- Estamos trabajando en ello. Los problemas son técnicos. Hay que lograr que los grandes buscadores eliminen de una forma auténtica y total las menciones a una persona en la red, que se cumpla el derecho al olvido total. Uno de los problemas es que todo lo que se publica en los boletines oficiales tiene un reflejo en los buscadores y lo sigue teniendo aunque el propio boletín elimine los contenidos referidos a datos personales, como los de alguien que ha ganado una plaza en la Administración, se le ha puesto una multa o ha tenido una sentencia de desahucio. Algunos de estos datos pueden hacer que una persona tenga en el futuro problemas para encontrar trabajo o de relaciones personales.

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FUENTE:El Correo Digital (Vizcaya)