Madrid Arena, 3 años después de la tragedia: falta de seguridad, 15 imputados y el regreso de Flores

 El recinto sigue teniendo problemas de seguridad pese a que continúa albergando eventos: el pasado septiembre se produjo otro episodio de sobreaforo. Las responsabilidades de lo ocurrido aquella noche se depurarán a partir del próximo 12 de enero: hay 15 personas imputadas. Miguel Ángel Flores, promotor del evento y para el que se piden cuatro años de cárcel, lidera un nuevo proyecto empresarial en la estación de Chamartín.

El 1 de noviembre de 2012, las adolescentes Katia Esteban Casielles (18 años), Rocío Oña (18), Cristina Arce (18), Belén Langdon (17) y María Teresa Alonso (20) hallaron la muerte durante la celebración de una multitudinaria fiesta en el pabellón Madrid Arena de la capital. El exceso de aforo debido a la venta incontrolada de entradas —se vendieron 22.835 cuando el aforo no debía superar las 10.620 personas— desencadenó una serie acontecimientos que destaparon graves deficiencias en la organización del evento por parte de los promotores, las empresas de seguridad contratadas y el Ayuntamiento de Madrid, responsable de la infraestructura y de la planificación de la seguridad a través de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec), que quebró en 2013 dejando un agujero de 400 millones de euros.

 Problemas de seguridad

Tres años después de la tragedia, el recinto sigue teniendo problemas de seguridad pese a que continúa albergando eventos. El control del número de personas que acceden a las instalaciones es una de las deficiencias más importates: aún no hay un sistema que funcione correctamente para evitar el sobreaforo. De hecho, la sombra de otra catástrofe volvió a sobrevolar el recinto el pasado mes de septiembre durante la celebración del evento deportivo Arnold Classic Europe (ACE). El Ayuntamiento paralizó entonces la venta de entradas tras detectar un pico de afluencia de público sobre las 12.00 horas, cuando ya habría 700 personas de más en el recinto. Las tres instalaciones que albergaron el festival tenían capacidad para unas 14.000 personas. Para intentar que no haya más problemas, el Consistorio anunció el pasado viernes que controlará directamente la venta de entradas (algo que hasta el momento hacía el promotor privado) y habilitará el control digital de las entradas. Este anuncio resulta llamativo, pues el sistema de control de entradas durante la noche de la tragedia fue mediante pistolas digitales lectoras de códigos de barras. Las instalaciones presentan además carencias de cámaras de vigilancia y de una enfermería en condiciones, según El Mundo. Se da la circunstancia, además, que el Madrid Arena no tiene licencia de funcionamiento. Este hecho ha sido denunciado por Isabel de la Fuente, madre de una de las fallecidas (Cristina Arce), que ha recogido más de 40.000 firmas en poco más de una semana solicitando el cierre de las instalaciones hasta que no se subsanen las deficiencias de seguridad. Su lucha ya provocó la modificación (logró 428.734) de la Ley 17/1997 de 4 de julio de Espectáculos Públicos y Actividades recreativas de la Comunidad de Madrid......leer noticia completa