La nueva sede de la Policía Autonómica en Los Bermejales se ha abierto sin línea deteléfonos, sin faxes, sin conexión directa con el servicio de emergencias 112, con los aseos atascados, la basura acumulada en el edificio por la falta de un servicio de limpieza contratado para recogerla y con el garaje inundado por las lluvias. A todo este catálogo de deficiencias hay que unirle las que ya tenía el edificio desde que se terminó, con unoscalabozos hechos con paneles en las paredes y con los pestillos por dentro de manera que las puertas pueden ser abiertas con facilidad por los detenidos.

La comisaría, situada en la calle Bergantín, está en marcha desde el pasado 12 de noviembre. Este día la unidad de la Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía, conocida popularmente como Policía Autonómica, completó su mudanza desde las instalaciones de la isla de la Cartuja a este edificio de nueva construcción en Los Bermejales. Durante las dos primeras semanas no había línea de teléfono en la comisaría, problema que se ha corregido por fin la semana pasada. 

Sin embargo, sigue habiendo ordenadores con el cableado suelto por el suelo del edificio y algunos equipos y monitores ni siquiera se han instalado y siguen almacenados en sus cajas. Las cámaras de videovigilancia destinadas a salvaguardar el perímetro de la comisaría están depositadas en un rincón a la espera de que alguien las instale en la fachada. La garita tampoco es operativa, puesto que está protegida con un cristal que no tiene ninguna ventana ni abertura, con lo que se obliga al ciudadano a que tenga que entrar dentro de la garita para pedir permiso para entrar. De esta manera, ante la llegada de un posible delincuente, el policía de guardia no podría reaccionar a tiempo para impedirle el paso a las instalaciones, más aún si tiene que atender al teléfono. 

Este servicio en el control de acceso tendría que ser desempeñado por los auxiliares de seguridad, conocidos como los verdes, si bien en los últimos días son varios los trabajadores de este grupo que se han dado de baja, obligando a los policías autonómicos a cubrir sus puestos.

La nueva sede tampoco cuenta con un sistema eficaz de seguridad contra incendios. Igualmente, la comisaría tiene unos contenedores de basura en la puerta, de manera que se incumple cualquier protocolo de seguridad, puesto que estos recipientes de basura están situados a tan sólo unos metros de las ventanas del despacho del jefe de la unidad. Los policías tampoco han podido utilizar de momento el garaje, que está inundado desde antes de que la unidad se trasladara a Los Bermejales. 

A medida que pasan los días, la basura se acumula en la comisaría, puesto que no hay contratado ningún servicio de limpieza. Los policías, por su propia iniciativa, han contactado con una empleada de la antigua comisaría, a la que han solicitado que acuda a limpiar algunos días a la semana. Sin embargo, se trata de una sola persona para adecentar un área de más de 4.000 metros cuadrados. Los aseos están atascados desde el primer día e incluso algunos agentes se encontraron con excrementos en los pasillos cuando llegaron a su nuevo puesto de trabajo.

La Confederación Española de Policía (CEP) ha denunciado estas anomalías y asegura que el traslado desde la Cartuja a Los Bermejales es una "chapuza" y ha supuesto un "caos administrativo". El secretario general de este sindicato en Sevilla, Ángel Reina, recordó que los policías que formaban parte del dispositivo especial del Polígono Sur todavía no han cobrado las cantidades que la Junta les debe de los meses de abril, mayo y junio y lamentó que la "precampaña electoral se pague con los atrasos de los policías". Además, este representante sindical criticó que los agentes autonómicos sigan sin recibir los nuevos uniformes y las nuevas armas reglamentarias.

 

FUENTE: www.diariodesevilla.es