Las cámaras de seguridad instaladas en diversos puntos estratégicos de los burdeles son otro aspecto caliente de la operación Carioca. A lo largo de la investigación fueron obtenidos datos que apuntan a que podrían haber sido efectuadas grabaciones comprometidas, incluso de algún miembro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Esta circunstancia parece que no ha podido probarse, sin embargo queda la sospecha de que algunos integrantes de la trama dispondrían de grabaciones comprometidas que podrían aportar en su momento.

Según diversas referencias, los propietarios de los clubes siempre trataron de dejar claro que, en sus establecimientos, las cámaras estaban pensadas para cuestiones relacionadas con la seguridad y no para vulnerar la intimidad. De hecho negaron categóricamente que estuvieran en las habitaciones en las que las mujeres mantenían contactos con sus clientes. De todos modos, según algunos testimonios, sí había objetivos de grabación en los pasillos y también en las escaleras de acceso a las plantas superiores de los negocios. También se controlaban los aparcamientos y, por consiguiente, los coches que entraban y salían cada noche. Prácticamente lo registraban casi todo.

También pudo concretarse que las cámaras de algunos establecimientos como, por ejemplo el Eros, enviaban imágenes a cualquier punto. Los investigadores obtuvieron informaciones que revelan que el responsable del establecimiento, José Marcos Grandío Ascariz o su compañera sentimental, Karen Lorena, tenían controlado desde su casa el burdel y sabían en todo momento lo que ocurría en el interior.

Al parecer, algunos testigos contaron que Grandío efectuó en alguna temporada varios viajes a Colombia donde, presuntamente, tendría algún negocio relacionado con la hostelería. Desde el país sudamericano se ocupaba en ocasiones de controlar las cámaras a través de Internet.

Las grabaciones efectuadas por las cámaras, en este caso en otro club que no forma parte de la trama, también salieron a relucir en el marco de la investigación. En este caso parece que las imágenes afectarían a un guardia civil. La cinta llegó a ser reclamada.


La caja obtenida en algunos burdeles en algunos días, especialmente los fines de semana, era muy suculenta, según se desprende de las contabilidades que analizaron los investigadores. En el Queens, expresaron diversas fuentes, hubo noches en las que recaudaron más de tres mil euros por la venta de bebidas en una sola noche.

Los días con mayor movimiento eran los viernes y en algunos establecimientos los domingos, como sucedía en La Colina de Outeiro de Rei. En este establecimiento hay constancia de cierres de caja con cantidades próximas a los 1.500 euros en fines de semana aparentemente flojos como eran los de los meses de enero y febrero. En otras épocas, los ingresos subían notoriamente.

A lo obtenido por la venta de bebidas había que sumar lo que dejaban los pases que efectuaban las mujeres, las cuales tenían que pagar diversos porcentajes, de acuerdo con el número de servicios sexuales que realizaran. En los registros efectuados en las casas de los responsables de los clubes aparecieron libretas con anotaciones sobre todos los movimientos.

 

FUENTE: www.lavozdegalicia.es