En la Capital Federal funcionan 750 monitores y a fin de mayo la cifra se elevará a 1000, mientras que al terminar 2011 esperan duplicar el número. Están distribuidas en sectores estratégicos. El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, dijo por Radio 10 que "el primer objetivo es la prevención"

Las 750 cámaras de seguridad que funcionan en las calles de la Capital Federal permitieron aportar imágenes como pruebas en 2.000 causas judiciales por delito.

El Gobierno porteño anticipó además que a fin de mayo se espera la implementación de otras 250 cámaras, mientras que al terminar el año funcionarán en total unas 2.000.

La sofisticada tecnología de estos aparatos permite divisar cualquier tipo de delitos, desde el robo a un auto hasta un punguista metiendo la mano en un bolsillo ajeno, como así también agresiones físicas o venta de drogas.

También permiten identificar al culpable de un accidente vial, seguir a un sospechoso a medida que camina por la calle, o ver quién viaja en un auto.

La decisión de aumentar las cámaras en las calles se tomó al inicio de la gestión de Mauricio Macri, como respuesta al permanente reclamo de los porteños de más seguridad.

De todas maneras, las cámaras también se implementaron para atender otras emergencias como incendios o derrumbes, según publicó el diario Clarín.

El Centro de Monitoreo está en una de las dependencias de la Policía Metropolitana, en Barracas, mientras que hay un segundo lugar que es el Centro Único de Coordinación y Control (CUCC), inaugurado el lunes.

La licitación fue ganada por la empresa Indra, que le cobra ala Ciudad 5.000.000 de dólares en 48 cuotas por las cámaras (cada una cuesta hasta 1.000 de la moneda norteamericana) y el software.

Los equipos pueden captar imágenes hasta 300 metros de distancia, a 360 grados en dirección horizontal y 180 en vertical.

El Gobierno está obligado por ley a guardar las grabaciones durante 60 días por si la Justicia las pide, al tiempo que la Ciudad responde unos cinco escritos judiciales por día.


La ubicación de las cámaras se decide de acuerdo a diferentes criterios, ya que por un lado se las ubica en las zonas más transitadas, como la peatonal Florida, la esquina de Córdoba y Callao, el área turística de La Boca, Once, Retiro, Constitución, la General Paz o la Avenida de Mayo.

Pero también se las instala en los grandes espacios públicos, como los parques Lezama, Thays, Centenario o la Plaza de Mayo y en otros sectores que el Gobierno porteño quiere controlar especialmente, como el Distrito Tecnológico de Parque Patricios o los alrededores de la estación Núñez, donde hubo varias violaciones.

Todas las imágenes llegan al Centro de Monitoreo y allí, 30 operadores en turnos de ocho horas observan cada uno 16 cámaras, que rotan.

Las mismas pueden enfocar diferentes ángulos, y acercar o alejar el zoom. Cuando detectan algo, envían la imagen al CUCC.

"Al llegar a la gestión había en la Ciudad 57 cámaras. Hoy funcionan 750, llegaremos a 2.000 a fin de año y para el año que viene queremos poner 1.000 más. De todas formas, las cámaras no reemplazan la presencia policial, en algunos lugares puede haber tanto equipos como efectivos", explicó el ministro porteño de Seguridad y Justicia, Guillermo Montenegro.

A estas medidas de seguridad se les suma la incorporación de patrulleros de la Metropolitana (hay 50 vehículos con cuatro cámaras cada uno) y las 120 de la Dirección de Tránsito.

Montenegro remarcó que con las cámaras buscan abarcar "lugares de mucha concentración o donde está la Policía Metropolitana".

"Lo importante de todos estos sistemas es que está centralizado en un solo lugar y permite no sólo divisar el conflicto sino también mandar el material humano para prevenirlo", agregó por Radio 10.

El ministro indicó que "el primer objetivo de las cámaras tiene que ver con la prevención", al tiempo que detalló que cuando monitorean la Ciudad "se ve mucho arrebato y venta de drogas".

 

FUENTE: www.infobae.com