Proporcionar sensación de seguridad, actuar de forma disuasoria, optimizar recursos humanos y actuar, en definitiva, de manera preventiva. Con esos objetivos, el Ayuntamiento de Barcelona instaló ayer por la mañana en la esquina de la Via Barcino y la calle de Foradada la primera cámara de vigilancia de Trinitat Vella, una reiterada petición de los vecinos, que llevan meses denunciando un aumento de la conflictividad en este barrio de Sant Andreu debido al tráfico de drogas. Se trata del primer dispositivo que se pone fuera del distrito de Ciutat Vella, donde ya hay colocados una veintena de artilugios, que según el consistorio han ayudado a reducir el número de delitos. Le seguirá, en los próximos días, una segunda cámara en la cercana calle de Pare Pérez del Pulgar, otro de los puntos más problemáticos de una zona que atrae a consumidores de estupefacientes de toda la ciudad. A principios de año estarán las dos en funcionamiento.

El presidente de la asociación de vecinos de Trinitat Vella y miembro de la coordinadora antidroga, Luis Quero, aplaudió ayer la instalación de la primera cámara, recordó que ha sido posible gracias a la presión de «un buen barrio, solidario, luchador», y avanzó que no pedirán que se pongan más para preservar la intimidad de los ciudadanos. En un primer momento se había acordado la colocación de tres dispositivos, pero el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya solo autorizó dos, con un plazo de un año prorrogable.

MAYOR PRESIÓN POLICIAL / En opinión de Quero, las medidas que han acordado los vecinos y el ayuntamiento, que crearon en mayo del pasado año una comisión integrada también por la Guardia Urbana y Mossos para intentar frenar los conflictos que padece el barrio debido al tráfico de droga, heroína, principalmente, empiezan a dar resultados. Además de la colocación de cámaras, se han llevado a cabo otras actuaciones, recordó ayer la concejala de Seguridad, Assumpta Escarp, como un aumento de la limpieza, la ocupación cívica de espacios públicos con actividades durante los fines de semana, y un incremento de la presión policial en los núcleos duros del barrio. Unas medidas que en conjunto parecen haber reducido la problemática: «Aunque se continúa traficando y consumiendo, ya no se hace con el mismo descaro», admitió ayer el presidente de los vecinos.

MANIFESTACIONES / No obstante, Quero considera que la instalación de las dos cámaras «no terminará con la problemática de Trinitat Vella, no es la panacea», por lo que anuncia que las manifestaciones semanales que se llevan a cabo desde el pasado julio, cada vez con mayor afluencia, continuarán tras las fiestas, y lo harán hasta que no vean solucionado el problema. La solución, afirma, es ««intensificar la lucha selectiva contra los traficantes, no contra los toxicómanos, que son enfermos».

Escarp, por su parte, subrayó que la colocación de las cámaras no supondrá que se baje la guardia a nivel policial. «Seguirá la presión», afirmó la concejala, quien insistió en que la principal función de estos dispositivos es la prevención, aunque también destacó su valor para llevar a cabo identificaciones y su valor como prueba ante los jueces.

 

FUENTE: www.elperiodico.com