Poco o nada. Eso es lo que se pudo obtener de los registros de las comunicaciones que se produjeron en la madrugada del 8 de diciembre de 2010, justo en las horas previas a que se desencadenara el fatal incendio que costó la vida a 81 reos.

Se esperaba que las grabaciones pudieran complementar los registros escritos recogidos como evidencia por la policía días después del incendio. Entre las especies había 17 estoques, bolsas de documentos, y cajas de cartón en cuyo interior se trasladaron 7 libros de novedades de la guardia armada del lugar, 5 libros de novedades de la guardia interna y 3 de atención de enfermería.

Según el subteniente de Gendarmería, José Hormazábal, jefe de servicio nocturno esa madrugada, "siendo las 5:45 horas recibí un llamado radial de parte del centinela del puesto tres, quien señala que en cuarto piso, sector sur de la torre 5, los internos habitantes mantenían una riña generalizada por lo tanto, yo y los funcionarios a mi cargo concurrimos al lugar para corroborar esta información".

Al ingresar a la cruceta 5, dijo, "me percaté que había un incendio cuyo foco era el cuarto piso sur (...) tomamos cuatro extintores de la torre y subimos al cuarto piso. Recuerdo que arrojamos el contenido del extintor al foco de las llamas, sin obtener resultados positivos".

Contactos radiales ininteligibles

No obstante, los registros de los contactos radiales entre los gendarmes (incluido aquel que menciona el subteniente Hormazábal) son prácticamente ininteligibles...

Una que otra frase entrecortada que permite establecer que el primero en avisar a sus superiores es efectivamente un vigilante de las torretas. El mismo que pocas horas antes había ido al casino institucional de Vicuña Mackenna y se había tomado una cerveza y un ron con Coca-Cola.


Y cuyo paradero se desconoce entre la medianoche y las 4 de la mañana, la hora que asumió su turno, según lo señala Gendarmería en un informe entregado al fiscal Alejandro Peña.

Pero los problemas radiales no han sido la única dificultad que ha encontrado el persecutor.

Al recurrir al sistema de cámaras de seguridad tampoco obtuvo mucho.

En su "plan de contingencia ante situaciones de siniestro en el centro de detención preventiva San Miguel" -elaborado por Gendarmería en 2009- se plantea que "la visibilidad para el personal de vigilancia es buena hacia el interior del penal, registrándose una línea de fuego amplia y despejada, como también perfectamente alumbrada en la noche, lo que permite desarrollar funciones de vigilancia y custodia en perfecta armonía a los requerimientos de seguridad, además se cuenta con el apoyo de CCTV (circuito cerrado de TV)".

Las distintas lagunas

Pero ese apoyo no resultó tal. Pericias hechas a cuatro cámaras de vigilancia dejan en evidencia que no existen grabaciones justo de las horas previas al siniestro.

De la cámara 4 sólo se extrajeron datos desde las 0:00 horas en adelante, pero hay un salto a las 4:42 horas y luego se retoma a las 5:27 horas.

La cámara 6 -instalada sobe torre 5 observando principalmente el techo de torres y parte de franja de seguridad y pasarela de centinelas- lo último que muestra es a las 2:32 horas cuando se ve movimiento en la pasarela de vigilancia.

De ahí se retoman las imágenes a las 5:38 horas, cuando comienza a salir humo en torre 5.

Una tercera cámara, la 8 (que ve a los patios nortes de las torres 4 y 5 y casas colindantes hacia Pedro Mira), pasa de una grabación tomada a las 0:13 cuando se aprecia el corte de suministro eléctrico de la torre y vuelve a las 5:37 horas con imágenes que muestran alteración en el funcionamiento del equipo supuestamente por baja de voltaje de la energía eléctrica.

Luego, a las 5:43 horas, comienza a mostrar el humo.

Un cuarto equipo, la cámara 12, muestra la guardia interna e imágenes multipilexadas.

A las 3:04 horas se ve que ingresa personal uniformado a la guardia interna. Y tras ello viene un salto a las 5.41 horas, cuando se observa a un funcionario salir de la guardia interna.

Siete minutos después -a las 5:48 horas- se capta desplazamiento de personal hacia el hall principal de la guardia interna y a personal colocándose equipos contra incendios.

Ante las aprensiones por la falta de material grabado, los fiscales ordenaron incautar el máster del video, el que esta siendo periciado para establecer si los equipos no funcionaron o si un tercero podría haber suprimido parte de las grabaciones. Lo que implicaría la intervención para obstaculizar la investigación.

 

FUENTE: www.lasegunda.com