Existen en el mercado diferentes actores que nos pueden ayudar a obtener un buen proyecto de domótica:
Fabricante de material domótico: Se encargan del desarrollo de nuevos productos, innovando en sus procesos de fabricación y mejorando y adaptando los diferentes componentes al mercado.
Instalador Eléctrico: Actor tradicional del sector de la construcción que se encarga de hacer la planificación e instalación eléctrica de viviendas, locales y edificios. Su aportación al sector de la domótica debe estar basado en su experiencia en la instalación de tubos, paso de cables y realización de cuadros. Algunos instaladores están integrando en sus equipos personal especialmente formado en domótica.
Arquitecto: Su recomendación es vital para que el proyecto domótico se integre desde el inicio al global del proyecto.
Integrador domótico: Ingenierías con equipos multidisciplinares especilizados en el mundo de la tecnología. Se posicionan del lado del cliente, ganándose su confianza y ofreciendo soluciones y proyectos adaptados a sus necesidades. Tienen todos los productos existentes en el mercado y su labor es la de integrar equipos diferentes en un sólo proyecto.
La seguridad, el confort, las comunicaciones y la eficiencia energética.Sin estos cuatro pilares contemplados en la instalación y funcionando de modo coordinado, no se debería hablar de domótica/inmótica.
Las nuevas corrientes de pensamiento que están en el sector proponen de forma generalista el uso del concepto sistemas de gestión integrados en la vivienda o edificio, donde cada una de las instalaciones está contemplada como una parte de un todo.
La inmótica es la implantación de sistemas de gestión de las instalaciones para el sector terciario o no residencial. Hablamos de inmótica si mi instalación va en un hotel, en una oficina, en un local comercial (óptica, restaurante, farmacia, tienda de ropa, alimentación, joyería …), en un ayuntamiento, museo, nave industrial, banco, casa rural …
No pasa nada, existen diferentes sistemas de gestión de nuestras viviendas que nos permiten ofrecerte diferentes soluciones que se adapten a tu proyecto. Esa es nuestra labor, ganarnos tu confianza y ser tus asesores tecnológicos.
Básicamente la diferencia es que la domótica está totalmente orientada a viviendas (Domus, del latín casa) y la inmótica lo está a inmuebles de mayor envergadura (Hoteles, Hospitales, Polideportivos, Metro, ...). Esto no significa que con los productos que usamos para inmótica no podamos controlar una vivienda, y viceversa.
La diferencia está en que cuando trabajamos en el control de viviendas, encontramos autómatas más sencillos (tecnológicamente hablando), algo más económicos, y orientados a funciones específicas de viviendas (actuador de persianas, de luces regulables, ...). También el tamaño influye, ya que todos los autómatas de viviendas suelen ser de pequeñas dimensiones, siempre pensando en no introducir aparatos excesivamente grandes en una vivienda. Sin embargo en el campo de la inmótica los autómatas, así como su software de programación, son más complejos y potentes, suelen ser más caros, la gran mayoría no llevan asociada ninguna función específica de funcionamiento (solo entradas y salidas a configurar por el integrador) y en cuanto a tamaño sí que nos podemos encontrar con aparatos bastante grandes que suelen quedar ubicados en cuadros de control en salas de máquinas o similares.
Ésta viene siendo la "pregunta del millón" en cuanto nos adentramos en el mundo de la domótica. La respuesta, como se puede deducir, no es nada concreta, ya que el campo de elementos y áreas que podemos controlar con la domótica es ilimitado (iluminación, persianas, climatización, ...). A modo orientativo sí que existe un pequeño cálculo, y es que para una vivienda con domótica incluida -gama media, no una full extras-, debería estar rondando el 3% del precio de la vivienda. En ese precio estaríamos hablando de una cantidad de dinero adecuada tal y como va el mundo de la domótica
Como ejemplo tengamos una vivienda que nos costase 240.000 euros. Entonces la instalación y programación de la instalación domótica -gama media- podría rondar los 7.200 euros. Teniendo en cuenta eso sí, que las ventajas en funcionalidad, ahorro energético y confort que nos ofrecería el poner una instalación de domótica amortizaría este gasto en poco tiempo.
Existen multitud de tipos de sistemas de domótica en la actualidad. Los más utilizados y conocidos en la actualidad son: domótica por bus de par trenzado (2 cables), por radiofrecuencia (sin cables) y a través de la propia línea de fuerza de la casa (tipo powerline o X10, donde no hay cables nuevos sino que se transmite la información por los cables existentes de baja tensión de la vivienda). Nuestra recomendación ante estos sistemas es el bus por par trenzado. Es el más robusto, pero no es el más barato, puesto que con radiofrecuencia nos ahorramos todo el cableado, y de la misma forma pasa con el segundo caso, que aprovechamos cables que ya existen. No obstante, en el caso de radiofrecuencia nos encontramos con que a veces la transmisión por esta vía no es del todo fiable, pudiendo perderse algo de información por obstáculos en la transmisión por la disposición de paredes en la vivienda por ejemplo. Además otra pequeña desventaja es que estos aparatos suelen llevar la alimentación por pilas, que suelen ofrecer de 3 años de duración, pero no obstante puede llegar a ser una incomodidad el tener que cambiar las pilas a todos los equipos cada cierto tiempo. La distribución por el cable de fuerza de momento parece ser que no es fiable del todo, ya que en la propia línea de baja tensión es común que haya problemas de distorsión por picos de tensión o similares, y estos problemas se añaden a nuestra transmisión por esos cables llevándonos los problemas ya existentes a nuestro campo. Sin embargo la transmisión por par trenzado utiliza un bus de 2 cables exlcusivo para la información utilizada y por esos mismos cables llega la alimentación de los aparatos (28V), con las ventajas de fiabilidad que esto conlleva.