TEGUCIGALPA. Ante la imposibilidad de la Policía Nacional de brindar seguridad a toda la ciudadanía, algunas personas y ejecutivos de empresas han tenido que invertir sumas millonarias en seguridad privada para proteger su integridad física y la de su familia, además sus bienes, pero algunos se han excedido contratando matones en lugar de guardaespaldas profesionales.

En los últimos años la sociedad hondureña ha presenciado un incremento acelerado de todas las formas de delincuencia, el crimen organizado ha adquirido una especialidad tal, que representa un reto a las autoridades estatales en el tema de seguridad.

Esta situación provoca un sentimiento de inseguridad individual y colectiva, asociado también a la falta de condiciones de desarrollo económico y social que afecta a la mayoría de la población, señala un informe de organizaciones privadas de desarrollo.

Además los sentimientos de inseguridad se ven acrecentados ante la falta de respuesta estatal al fenómeno de la criminalidad, la impunidad en el sistema judicial, las profundas deficiencias en el sistema policial, incapaces de enfrentar actos delictivos cada vez más organizados.

La Policía Nacional cuenta con unos 14 mil policías que al final se convierten en 7 mil al día, porque  éstos se dividen en turnos intercalados de un día para una población de más de 7 millones de habitantes. Un promedio de un policía por 6 mil personas.

La cifra de miembros de seguridad privada en 2010 supera sustancialmente a los elementos de la Policía Nacional, porque informes de instituciones privadas de desarrollo, revelan que desde el 2001, la cantidad de guardias o elementos de seguridad se ha elevado a unos 60 mil, entre registrados y no registrados ante la Secretaría de Seguridad.

En tanto, un informe del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) indica que la sociedad hondureña ha experimentado en la última década un alarmante incremento de la criminalidad que se ve reflejado en las 36,036 muertes violentas.

Ese índice ubica a Honduras como uno de los países con mayores niveles de violencia en el mundo.

La tasa de muertes violentas por cada 100,000 habitantes aumentó de 31.76 en el año 2000 a 66.8 en el 2009, con una tendencia a llegar en el 2010 a 72.8, con lo cual se estaría superando 8.27 veces la tasa mundial de 8.8 establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2000.

La violencia en el país es uno de los mecanismos y prácticas más frecuentes para resolver los problemas; la confrontación entre familias y personas, a veces con rivalidades y conflictos de generaciones, se ha generalizado, a tal grado que, sin que medie razón, más que la ejecución de un acto delictivo (secuestro, asesinatos y tráfico de drogas, entre otros) cualquier persona, en cualquier lugar y circunstancia, puede convertirse en víctima de la violencia, llegando inclusive a la privación de la vida, se reflexiona en el informe del Conadeh.

En tanto, otros sectores indican que el fenómeno de la inseguridad y violencia es incontenible en el territorio nacional, al extremo que los esfuerzos de la Policía Nacional casi no se notan, y es que también la autoridad policial no puede estar cuidando a las personas las 24 horas para que no le suceda nada, más si se trata de algunas que tienen enemistades personales o corren riesgos por su condición social o profesional.

Lo anterior ha obligado a algunos empresarios y personalidades a andar protegidos al extremo. Se ha observado en la capital y en ciudades importantes como San Pedro Sula casos de personas que se hacen acompañar  hasta con ocho guardaespaldas, llevándose de encuentro a quien se interponga por delante.

Algunos se atreven hasta  a utilizar sirenas para adelantar vehículos que encuentran en su paso. Abogados, periodistas y empresarios se les ha observado con chalecos antibalas, siendo escoltados además por personal de seguridad y algunos abusan de este privilegio.

Además en sus hogares y oficinas de trabajo levantaron grandes muros, con serpentinas o cercas electrificadas, sistemas de vigilancia por monitoreo, cámaras de vídeo, perros, guardias y patrullajes de 24 horas.


FUENTE: www.latribuna.hn