­Los agricultores de Formentera que producen hortalizas en huertos están sufriendo desde hace dos años una serie de robos en sus terrenos que solo hace aumentar la indignación entre el sector cuando se repite uno de ellos. El caso más reciente es el de Gandolfo Spagnuolo, un agricultor que trabaja varias parcelas y que vende cada día sus productos en el mercado payés, en el Centro ´Gabrielet´, en Sant Francesc.

Hace unas dos semanas le robaron unos cien kilos de cebollas. Entraron de noche por una esquina de la valla que cierra el huerto, situado cerca de la carretera principal PM-820, pasado Sant Ferran. Sigilosamente los ladrones fueron arrancando las cebollas que ya estaban a punto de ser recolectadas, les cortaron las hojas que dejaron en el suelo y se llevaron los bulbos.

Spagnuolo cuenta, entre la indignación y la impotencia, que se trata de una especie de plaga que asuela la isla: «Desde hace dos años siempre le toca a alguno, que si patatas, que si ajos, ahora cebollas, puede que un año no te toquen pero otro sí». Añade que no solo se han producido robos en huertos sino que también «han entrado en corrales para llevarse gallinas y palomos, roban de todo».

El pasado año tampoco tuvo suerte: «Me robaron las sandías y no pudieron aprovecharlas porque aún estaban verdes pero eran muy grandes». Continúa explicando que en su zona conoce a otra vecina a la que el pasado año le robaron las cebollas y las patatas. En es Ca Marí cuenta que a otro matrimonio vecino le robaron «toda la patata y la cebolla que ya tenía en el garaje, ya ves a gente mayor», dice, y pocos hace pocos días a otro vecino le sustrajeron los ajos.

Cámaras de vigilancia
Al ser preguntado si ha denunciado los robos, Spagnuolo reconoce que no lo ha hecho: «Qué quiere que denuncie, tengo que ir a la Guardia Civil, hacer todo el papeleo y aunque los pillen, ¿qué les van a hacer por robar patatas o cebollas...?».

Como medida preventiva ha decidido colocar un sistema de videovigilancia en su huerto, instalación que le ha costado 500 euros, pero explica que trabaja en varias parcelas y no puede gastarse ese dinero para cada uno de los huertos.

Esta oleada de robos es bien conocida entre el sector. El presidente de la Cooperativa del Campo, Jaume Escandell, señala que conoce los hechos de forma oficiosa, ya que ninguna persona los ha trasladado a la Cooperativa. Por eso anima a los agricultores a que presenten las correspondientes denuncias ante la Guardia Civil y que también lo pongan en conocimiento de la Cooperativa, cuya oficina está al lado del mercado payés. Escandell señala que «hace dos años los robos fueron espantosos en la zona de Cala en Baster y es Ca Marí». Indica que este tipo de hechos desanima a los agricultores, porque afecta a un trabajo duro que implica mucha dedicación y escaso beneficio: «Robar a un pobre es el delito más grande», subraya.

El presidente de la Cooperativa insiste en que las víctimas de estos robos deben denunciar «para que se vea que el problema existe y la Guardia Civil o la Policía se pongan en marcha». Precisa que si los afectados son socios de la Cooperativa tramitarán directamente la denuncia.

 

Fuente: diariodeibiza