El ojo tecnológico que todo lo escruta y todo lo ve llegará en breve a nuevos núcleos del municipio de Calvià, entre los cuales figuran zonas eminentemente residenciales como Calvià vila y es Capdellà. Cada uno de estos pueblos contará con una cámara de videovigilancia siguiendo el camino que el Ayuntamiento inició la pasada legislatura en núcleos como Magaluf, Santa Ponça o Cas Català. 
Este ojo electrónico al servicio de la seguridad ciudadana se instalará también en Illetes, Bendinat y Costa de´n Blanes-Marineland. Su fecha de entrada en funcionamiento no está aún definida. En la actualidad, según informan fuentes municipales, se están terminando los informes y estudios técnicos para su instalación.
De esta forma, el municipio de Calvià contará con cerca de una treintena de cámaras de seguridad, útiles, según remarcan desde la Policía Local y el equipo de gobierno, para rastrear la huella del crimen, para identificar sospechosos y ayudar a la justicia.
La iniciativa municipal reabre el capítulo de suspicacias y la pregunta que éstas siempre conllevan: ¿las cámaras significan un paso atrás en el derecho a la intimidad? El Consistorio calvianer siempre ha argumentado que el sistema de control respeta el derecho a la privacidad.
Lo cierto es que este tipo de cámaras tienen un campo de visión de 360 grados y llegan a grabar zonas privadas, como edificios. Sin embargo, estas zonas quedan oscurecidas en las grabaciones realizadas por el sistema. Tampoco se graban sonidos y se procede a destruir las imágenes en el plazo de 30 días marcado por la ley que regula la utilización de videocámaras por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en lugares públicos.

Centro de control
El ´cerebro´ que procesa todas estas imágenes tiene la forma de una sala de control ubicada en el cuartel de la Policía Local de Calvià, en el polígono de Son Bugadelles (Santa Ponça). Allí es donde se reciben las señales de todas los dispositivos instalados en el municipio. Los agentes responsables de este departamento pueden programar las cámaras para que hagan movimientos y enfoques predeterminados llegado el caso.
Actualmente, en Magaluf los ojos electrónicos están situados en arterias turísticas clave como Punta Ballena o la avenida s´Olivera, mientras que en Santa Ponça están ubicadas en la calle Ramon de Montcada. Cuando se instalaron en 2004, tuvieron un coste de 310.000 euros. 
En 2005 se procedió a colocar las 13 cámaras de Peguera, con un presupuesto de 433.000 euros. En Cas Catalá, está localizada en la plaza de la Conquesta.

FUENTE: www.diariodemallorca.es