Unos cuatro mil policías y militares brasileños son los responsables de la seguridad de la toma de posesión de la presidenta electa Dilma Rousseff, ceremonia a la que asistirán medio centenar de autoridades internacionales.

Durante los actos de toma de posesión, a realizarse el próximo sábado entre las 14:30 y 21:00 horas locales, estará cerrado el espacio aéreo de la capital brasileña, salvo para aeronaves autorizadas y vinculadas al esquema de seguridad, así como efectivos de la Marina ocuparán el lago Paranoa.

La ceremonia incluye recorridos en carro descapotable o cubierto (sólo en caso de lluvia) entre varios puntos de la EXplanada de los Ministerios, en el centro de Brasilia, y actos en la Catedral, la sede del Congreso Nacional, el Palacio de Planalto (traspaso presidencial) y el Palacio de Itamaraty (recepción oficial).

Agentes de la Policía Federal cuidarán a la presidenta electa hasta que deje la sede del Congreso Nacional, donde jurará como mandataria, y a partir de ahí, miembros del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República asumirán su protección.

El patrullaje policial no sólo incluirá la Explanada de los Ministerios, sino también el trayecto entre el aeropuerto internacional de Brasilia Juscelino Kubitschek y el centro de la capital, para garantizar la llegada de convidados extranjeros y nacionales que lo harán en las primeras horas del sábado.

Entre 130 y 140 patrullas policiales escoltarán a los jefes de Estado y de delegaciones oficiales que concurrirán a la toma de posesión de Rousseff, cuyo carro estará protegido por representantes femeninas de esa laboral policial.

En el esquema de seguridad, que comenzó hace seis meses, participan mil 700 efectivos del Ejército, 150 de la Marina y 120 de la Fuerza Aérea, así como 600 de la Policía Federal y 90 de la Policía Federal de Carretera, además de agentes civiles y miembros del Cuerpo de Bomberos.

Para el jefe de Comunicación Social del Comando Militar del Palacio de Planalto (sede del gobierno), coronel Carlos Penteado, el sistema de seguridad de la toma de posesión de Rousseff no se diferencia mucho del desplegado en actos similares anteriores.

La ceremonia contó con varios ensayos, dos de ellos este mes, el último, general, efectuado el domingo anterior, donde ajustaron todos los detalles y comprobaron el esquema de seguridad, que dispone además de varias cámaras para supervisar toda el área.

Hasta ahora está confirmada la asistencia de cerca de medio centenar de autoridades internacionales, más de una docena de ellos jefes de estado o gobierno, entre los que sobresalen los de naciones vecinas como Venezuela, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Colombia y Chile.

 

FUENTE: www.prensa-latina.cu