Videovigilancia: ¿Seguridad y Justicia?



Claro que no había forma de saber si estabas siendo

vigilado en algún momento dado… Tenías que vivir -así

vivías, con el hábito que se vuelve instinto- bajo la suposición

de cada sonido que hicieras sería escuchado, y, excepto

en la obscuridad, cada movimiento escudriñado.

1984, George Orwell



En épocas de inseguridad y temores sociales, la población en general estamos dispuestos a modificar los estándares con los que hemos vivido por mucho tiempo. En aras de la seguridad, para vivir tranquilos, de que nada nos pasará. Eso hacemos porque sabemos que nosotros no somos ningún delincuente, y que las variaciones –draconianas o no– a las leyes y las reglas no nos afectarán. Con la certeza de que los cambios nunca nos tocarán. Somos ciudadanos de bien. Los delincuentes son otros.

China es la tierra de la videovigilancia. La Provincia de Guangdong tiene más de un millón de cámaras. En 2010, la Ciudad de Chongqing pidió 500,000. Otras provincias tienen cientos de miles –según Human Rights in China, una ONG. La videovigilancia constituye más de la mitad de la gigante industria de la seguridad y se cree alcanzará 500 mil millones de yuanes ($79 mmd) en 2015. China pronto superará al Reino Unido –que tiene cerca de 3 millones de cámaras– como el centro mundial de videovigilancia.

China no es la única. En muchas democracias –o sistemas no tan democráticos– las videocámaras se multiplican. Ya tenemos tecnología de reconocimiento facial. La nueva maravilla para gobiernos y mercaderes.

Una prisión en Alabama la utiliza para verificar a los prisioneros que salen contra sus registros. En prisiones mexicanas identifican a los visitantes. En el aeropuerto de Heathrow (Londres) se usan para rastrear y seguir pasajeros a través del aeropuerto hasta que abordan el avión. Brasil equipará a su policía para identificar a los roñosos y pleiteros durante la Copa Mundial de 2014.

En Francia pueden medir edad y género del público cuando pasa frente a anuncios y publicidad, con lo que varían qué ofrecerle al transeúnte. El servicio SceneTap ofrece información similar sobre la clientela en bares de Chicago. Las sonrisas de los empleados de Keihin Electric Express Railway en Japón son evaluadas por computadoras. Facebook reconoce las fotos subidas a la red social. Los nuevos celulares pueden reconocer a sus usuarios/dueños. La tecnología avanza rápidamente: en 2010, identificaba con 92% de éxito una foto de entre 1.6 millones.

En EUA no les preocupa mucho el tema porque en público no hay expectativas razonables de privacidad. Pero la tecnología va más allá de mera supervisión de seguridad pública normal. Creará un mundo en donde todos nosotros nos volveremos “figuras públicas”. Un ejemplo, la edecán del IFE, Julia Orayén, ahora por todos lados. En Europa normalmente colocan letreros para hacer saber a la población que están siendo vigilados. En Alemania, Facebook ha violado leyes sobre privacidad con su capacidad de reconocimiento facial. En EUA comienzan a preocuparse por tecnología que persistentemente vigila y sigue a las personas en público.

Cámaras que giran 360° y logran leer un boleto en manos de revendedores a 20 metros de distancia. La videovigilancia tiene capacidad de cortar las protestas y manifestaciones de raíz, justo cuando empiecen. Monitorear es bueno, pero incide en el anonimato y la vida pública y política. La libertad de expresión disminuye cuando la simple presencia física a cualquier evento queda registrada. Esto generará oleadas de pérdida de privacidad.

En la ciudad de México se tienen 12,000 cámaras –para nuestra seguridad. El proceso inició en 2009 para monitorear calles, verificar el estado del tráfico, prevenir delitos “o capturar a los culpables de algún acto ilícito” –como si la procuración de justicia funcionara en México. El sistema vigila zonas estratégicas como escuelas, Metro, agua y edificios diplomáticos. Ha servido para prevenir “contingencias” en el primer cuadro de la ciudad. El Gobierno del Distrito Federal está trabajando para llevar a dispositivos móviles una aplicación que permita ver en tiempo real las imágenes de las cámaras y así conocer la situación del tráfico –y tomar mejores rutas. Se dice que el DF será la primera ciudad en el mundo con este sistema. Según datos del gobierno capitalino, de 2009 a la fecha, a través de los Centros de Comando, se han atendido 59 mil 49 incidentes, de ellos casi nueve mil por delitos. Se ha remitido al Ministerio Público a tres mil 988 presuntos responsables y se recuperaron 378 vehículos con reporte de robo. Se han detenido a cuatro mil 447 personas y remitido ante el Juez Cívico por consumir bebidas alcohólicas o drogas en vía pública.

En eventos deportivos se verificará a todos los asistentes. Pero, las fotos de terroristas y delincuentes no serán las únicas en bases de datos –serán nuestras, de usted y mías. Las fotos de licencias crearán la base de datos nacional.

¿Combatir delincuencia amerita perder privacidad y garantías constitucionales?



Los pueblos que ceden un poco de libertad para obtener mayor seguridad, no merecen ninguna de ellas y terminan por perder ambas.

FUENTE:La Crónica de Hoy