¿Qué podemos hacer ante los sistemas de videovigilancia que los particulares colocan en sus empresas, locales, casas, para evitar que las imágenes acaben en Internet ante la vista de cualquier persona? En realidad poco. Y es que el 98% de las cámaras de videovigilancia en España son privadas. Con facilidad, las personas pueden subir a Internet lo que grabaron y hasta el momento, las limitaciones y sanciones son pocas.

Es por ello que la Agencia de Protección de Datos ha empezado a perseguir la videovigilancia filtrada en Internet al abrir expedientes sancionadores contra todos aquellos casos que llegan a su conocimiento. Y es que según un informe de la Asociación de Internautas, el 60% de las cámaras conectadas a Internet están abiertas. Esto multiplica las consecuencias pues cualquier internauta desde su casa podría ver todo tipo de imágenes grabadas por terceras personas: el mecánico fumándose un cigarro en el taller, el enojo de un cajero ante un cliente que lo desesperó, una pareja besándose, etc. Incluso algunos servicios cuentan con opciones en los que se puede cambiar de ángulo o hacer zoom a los videos.

De acuerdo a El País, el origen del problema se debe al desconocimiento de los usuarios que no saben que los sistemas de videovigilancia pueden llegar a ser tan vulnerables. Algo tan sencillo como poner claves seguras a los sistemas podría devolverles a muchas personas la sensación de libertad y privacidad que todos merecemos. Después de todo, a nadie nos gusta que nos vea cualquiera en la privacidad de nuestras casas, en el trabajo, o hasta en la calle.

 

FUENTE: www.globbos.com