Pero, además de fotografiar edificios, parques, coches y personas, los coches captaron datos personales transmitidos mediante redes Wi-Fi abiertas. En total, 600 gigas en los que hay mucha información fragmentada, pero también direcciones de correo electrónico con nombre y apellidos; direcciones y cuentas asociadas a mensajes de correo o mensajería instantánea; accesos a cuentas de redes sociales y sitios web, y códigos de usuario y contraseña con datos personales que identifican a sus titulares y que, en determinados casos, permiten acceder a información especialmente protegida por la legislación española (relativas a la ideología, afiliación sindical, religión, creencias, origen racial, salud, vida sexual o comisión de infracciones penales o administrativas).
El pasado 8 de octubre, Beatriz Sánchez-Vera, en nombre de la filial española de Google, presentó ante el tribunal un documento en el que presentaba varias alegaciones contra la parte demandante, Miguel Ángel Gallardo, junto con una asociación que preside, Apedanica, contra delitos telemáticos, y una sociedad de la que es el único socio, Cita.
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La privacidad lleva siendo una espina clavada paraFacebook durante más tiempo de lo que le gustaría a Mark Zuckerberg. En abril surgió en Estados Unidos un proyecto de ley, Social Networking Privacy Act, que aspiraba a regular la privacidad de los menores. Ahora se conoce que, en los meses subsiguientes, la red social invirtió dinero para presionar a los altos funcionarios encargados de la cuestión.
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